Thursday, July 5, 2012

El cuarto de los niños



En la carátula de Where Children Sleep -Donde duermen los niños en español- del fotógrafo inglés James Mollison, varios elementos cuelgan de un móvil: cama, reloj, trofeo, lámpara, control de videojuego, gancho de ropa, carrito, guitarra, oso de peluche. El libro es una colección de fotografías del sitio más íntimo de los niños: su alcoba. El autor recorrió 16 países durante varios años en los que, sin ninguna metodología, escogió algunos niños para contarnos su vida.


Pero este bonito libro es más que una galería de las cosas que los niños tienen en sus habitaciones. Where Children Sleep es también el testimonio de todo lo que la mayoría de niños del mundo no tiene. Es en el fondo un ensayo bien estructurado con fotografías y textos simples, que pueden leer niños y adultos, en el que se refleja el mundo que hemos creado. Es una sutil y poderosa reflexión sobre inequidad, pobreza, riqueza y futuro, que conmueve, llevando al lector a leer y releer las historias innumerables veces.

Con cada fotografía es fácil imaginar la vida, los olores, los dolores detrás del rostro de cada niño y la habitación de turno. 

A pesar de que las situaciones son muy diversas, aunque hay niños con todo, con algo y con nada. Aunque el libro nos entrega muchas realidades culturales, han sido de sensible atención para mí las que ilustran la penuria, casi sin salida, de algunos de estos niños. 

"Ser pobre es como ser viejo" decía un graffiti que vi alguna vez en un documental, estampado en el latón de unas chozas mínimas y hechizas de una población de pescadores pobres a orillas del Lago Victoria, en África Central, cuyo mecanismo de supervivencia consistía en recoger la basura que los traficantes de pescado no se llevaban a Europa. Es decir, era un pueblo entero que vivía alimentándose de espinas y cabezas de pescado putrefactas.

Cuando veo estos niños del libro, cuando camino por las calles de Bogotá, cuando estuve en Sudáfrica; cuando veo los niños y las niñas en Yucatán o Cartagena mendigando y vendiéndose para comer, siento que el graffiti tiene razón: todos son viejos. Ya casi se van a morir, no tienen perspectiva ni futuro.

Siento además, que con un solo niño a nuestro alrededor que la esté pasando así de mal por culpa de un adulto negligente, o de una autoridad incapaz, o de la corrupción que se chupa los recursos y regenera las trampas de pobreza, toda nuestra existencia carece de sentido. 

Escogí algunas de las historias para compartirlas en este blog porque considero que Where Children Sleep es nuestro espejo obligatorio como especie. Es el fracaso de la especie humana. 


Lehlohonolo tiene 6 años. Vive en Lesotho, África, con sus tres hermanos. Son huérfanos porque sus padres murieron de SIDA. Viven en una cabaña de barro de una sola habitación en la que los pequeños duermen juntos en el piso para calentarse en las noches frías. Su hermano de 16 años se ocupa de todos. 

Jaime tiene 9 años. Vive con sus papás y sus tres hermanos en un apartamento en la Quinta Avenida en Nueva York.  Además de ir al colegio, Jaime toma clases de judo, natación, violonchelo y kickball. Cuando grande quiere ser abogado como su papá.




Prena tiene 14 años y trabaja como empleada doméstica en Nepal. Su cuarto es una pequeña celda en la parte superior de la casa. Trabaja de 5 AM a 6 PM todos los días y va al colegio tres veces a la semana, lo cual la hace feliz. Cuando grande quiere ser doctora. 





Este colchón a las afueras de Roma, Italia, es el hogar de este niño rumano de 4 años. Él y su familia llegaron en bus a Roma huyendo de la pobreza de sus país y por estar indocumentados no pueden trabajar, así que se dedican a limpiar los vidrios de los carros en los semáforos. Ningún miembro de la familia ha ido al colegio. Los papás no sabes leer ni escribir.


Roathy tiene 8 años y vive en las afueras de Phnom Pehn, Cambodia. Su casa es una habitación en un inmenso basurero lleno de moscas, en el que viven cinco mil personas que pagan renta para poder estar ahí.  La cama de Roathy son unas llantas sobre un piso de fango pegajoso y olor a podrido. Roathy, como la mayoría de los niños del lugar, trabaja buscando plásticos y latas entre la basura. Alguna vez su familia y él sufrieron envenenamiento por comerse un pollo que encontraron entre la basura.


Tzvika tiene 9 años. Vive en Beitar Illit, un asentamiento judío ortodoxo en Israel de 36 mil habitantes. La religión es el asunto más importante de esta comunidad. No hay periódicos ni televisión. Tzvika duerme con sus tres hermanos en el mismo cuarto y pasa sus días estudiando el Talmud y jugando juegos religiosos en su computador. Cuando grande quiere ser rabino. 


Risa tiene 15 años y vive con otras trece mujeres en una casa de té en Kyoto, Japón. Duerme con cinco de ellas en una habitación que de día es comedor y cuarto de té. Risa está siendo entrenada para ser una Geisha y ahora ha tenido que adoptar un nuevo nombre: Tomoyuki. Durante el día estudia canto, baile, tambores, los secretos del té, y durante dos horas del día, practica como envolver su kimono. 


Juan David tiene 10 años y vive en un barrio de invasión en Medellín, Colombia. Él y su familia son desplazados por la violencia. Su padre construyó la casa en la que viven, en la cima de una montaña en la que viven más familias como ellos. Juan David va al colegio, juega fútbol y cuando grande quiere ser doctor.

Este adolescente de 17 años prefiere ser llamado X, por la película Malcom X.  Vive en una favela en Rio de Janeiro y trabaja como soldado de rango medio para Comando Vermelho -Comando rojo en español- una pandilla de distribuidores de droga, vigilando los movimientos de la policía y cuidando a los otros soldados de la banda. A su cargo tiene una pistola y un rifle AK-47. Comparte cuarto con otros miembros de la pandilla. 


Jasmine tiene 4 años y vive en una casa grande en Estados Unidos con sus papá y sus tres hermanos. Su cuarto está lleno de coronas de los múltiples concursos de belleza en los que ha participado. Cada sábado participa en un concurso diferente. Durante la semana entrena para las presentaciones.


Lamine tiene 12 años. Vive en un pueblo de Senegal, África. Es pupilo en un colegio dedicado al estudio del Corán, donde no se permiten niñas. Comparte su cuarto con otros siete niños del colegio. Las camas son básicas e incómodas. Todos los días se levanta a las 6 AM a trabajar en el campo y por la tarde estudia el Corán. En su tiempo libre le gusta jugar fútbol con sus amigos. Cuando grande quiere ser profesor. 

Erlen tiene 14 años y está embarazada por tercera vez. Vive en una favela en Río de Janeiro, en la que usualmente duerme en el piso, pero por estar en la etapa final del embarazo, su madre ha intercambiado lugares con ella y le ha cedido la cama. Sus dos primeros bebés no sobrevivieron. Erlen quiere ser veterinaria cuando sea grande o vivir en otro lugar. 


Indira vive con sus papás y sus dos hermanos cerca a Katmandú en Nepal. Su casa es un solo cuarto con una cama y un colchón en el piso, en el que duermen los niños por la noche. Indira tiene 7 años y desde que tenía 3 trabaja en una cantera cerca de su casa. También asiste a un colegio que queda a 30 minutos caminando. Cuando grande quiere ser bailarina. 

Syra tiene 8 años y vive en Iwol, una población Bassari en Senegal.  Syra siempre está triste, según los  habitantes de su pueblo es porque una hechicera le robó a su madre el alma de ella y su hermana. Por cuenta de no tener alma, nunca podrá casarse, será marginada de la comunidad y no puede habitar el mismo lugar de las otras mujeres, así que vive separada de su mamá. 



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1 comment:

  1. Bastante fuerte las imágenes, complementadas con su respectiva leyenda que agudiza aun mas la sensibilidad del lector. Gracias por compartir. lo tienes en pdf por casualidad?

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