Antonio Valencia, el futbolista ecuatoriano más rápido del mundo
- 20 junio 2014
Según la FIFA, Antonio Valencia es el futbolista más rápido del mundo, pero cuando BBC Mundo le pregunta cómo quiere ser recordado en el futuro, él insiste en que más que por el fútbol prefiere serlo por "buena persona".
Una honesta modestia que contrasta con la imagen que suelen tener los jugadores tan exitosos como él, siendo hoy mediocampista del prestigioso Manchester United, uno de los gigantes del fútbol del mundo.
Y hoy particularmente, este jugador de 28 años, derecho y 1,80 m de altura, es una de las grandes fortalezas y esperanzas de la selección de Ecuador, que enfrenta a Honduras en el segundo partido de los dos equipos del grupo E.
Es un duelo definitivo para las dos selecciones. Ambas perdieron sus primeros partidos y dependen de la victoria para seguir vivos en Brasil 2014.
La mayoría de los ojos ecuatorianos están puestos sobre Valencia, un jugador sólido, de carrera impecable, con gran habilidad defensiva y un estado físico impresionante.
Del Amazonas a Reino Unido
"Toño", como le dicen sus amigos cercanos y familiares, nació en 1985 en Lago Agrio, un cantón de la provincia amazónica de Sucumbíos, en el norte Ecuador, muy cerca de la frontera con Colombia.
Según relata la biografía de su página de internet, tuvo una infancia feliz al lado de sus padres y sus tres hermanos, dos hombres y una mujer. Aunque no tenían mucho, tampoco les faltaba nada.
Cuando pequeño acompañaba a su mamá a vender botellas con refrescos afuera del estadio Carlos Vernaza –el templo de los futbolistas en Lago Agrio-, y en las tardes recorría con su papá y sus otros dos hermanos varones los pueblos cercanos recogiendo envases plásticos que vendían en Quito. Y cada vez que podía, jugaba fútbol.
"He sido futbolista desde siempre, desde niño", le dice Antonio Valencia a BBC Mundo.
Cuando le pregunto qué otra cosa habría querido ser en la vida, mira para otro lado, piensa y dice "Eh…no sé, futbolista".
A los 16 años, dejó la escuela y salió de Lago Agrio persiguiendo su destino y obsesión por jugar para equipos grandes, y algún día para su país.
"Quería jugar en la Selección, quería jugar en Europa, veía a Totti y pensaba que quería ser como él", le cuenta a BBC Mundo, aunque reconoce que su gran ídolo cuando joven era el también mediocampista ecuatoriano Álex Aguinaga.
Cuando Valencia debutó en la liga local con El Nacional -equipo del que dice ser hincha- ya lo había hecho en la selección Sub 20 ecuatoriana, en donde fue volante derecho, jugó 23 partidos y marcó 17 goles.
La Tricolor
Tan sólo dos años más tarde, en 2005, cuando tenía 18 años, debutó con la selección de mayores en un partido contra Paraguay, en el que marcó dos de los cinco goles que le dieron la victoria a la Tricolor.
Gracias a la calidad de su carrera, a su táctica y disciplina, llegó al Villareal de España, donde no tuvo tantos chances de jugar pero le sirvió de puente para llegar al Wigan de Inglaterra, donde consolidó su capacidad en el medio campo, y donde además Sir Alex Ferguson, exentrenador del Manchester United, notó su talento.
Antonio Valencia tenía 23 años cuando en 2009 Manchester United compró sus derechos deportivos por cerca de US$26 millones, convirtiéndose en el jugador más caro de la historia de Ecuador.
De ahí en adelante, lo que vino fue una colección de éxitos en una de las plazas más competidas del fútbol mundial.
En su debut con el Manchester United –donde juega con el número 25-, en un partido amistoso contras el Boca Juniors de Argentina, marcó un gol al minuto 41 del partido. A los pocos meses marcó su primer gol en la Champions League contra el CSKA Moscú, con su equipo jugando como visitante.
Después de ese prolífico 2009 ha recibido varias veces reconocimientos como el mejor jugador del mes y mejor jugador del partido en varias compentencias.
La vida en Europa
"De Inglaterra lo que menos me gusta es el frío, pero lo que más es el fútbol", dice Valencia, y agrega: "Me gusta mucho lo que hago".
Pero no todo es fútbol para Antonio Valencia. Además de jugar fútbol, ser un nadador constante y jugar al baloncesto, le gusta bailar salsa y bachata, escuchar vallenatos, y cuando puede, ver en televisión su serie favorita, 24.
"También soy buen papá, soy el mejor, o al menos trato de serlo", agrega con una sonrisa.
A pesar del frío y de tener su natal Lago Agrio en el Amazonas a muchos kilómetros de distancia, Valencia parece habérselas arreglado para sentirse cerca del lugar que lo vio nacer.
"Me gusta el arroz con mayonesa, carne asada y patacones, y lo hacemos siempre en la casa".
Pero también comenta que siempre regresa a su barrio, Guayaquil, donde según dice es feliz.
"Cuando tengo mis vacaciones intento ir al barrio, tengo poca familia allá pero sí tengo muchos amigos".
Al terminar la entrevista en la ciudad de Miami, donde Ecuador fue a jugar dos partidos amistosos antes de viajar a Brasil, le pido un mensaje para los hinchas de Ecuador.
"A los ecuatorianos les digo que nos apoyen, que nos manden bendiciones, que lo vamos a dejar todo para el país", dice el jugador que en la tarde del viernes tratará de hacer historia con su camiseta número 16 en el estadio Arena da Baixada de Curitiba, en Brasil 2014.
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